En el primer trimestre de 2004, los beneficios antes de impuestos ascendieron a 1,8 millones de euros, lo que supone un incremento del 200 por ciento respecto al resultado correspondiente al mismo periodo del anterior ejercicio.
La cifra de negocio, sin embargo, descendió hasta marzo en 48,86 millones de euros, un importe inferior un 30,6 por ciento con respecto al primer trimestre de 2003 debido a la finalización de las cuatro plantas de ciclo combinado que se habían contratado en el año 2000 y a la conclusión de la petroquímica de Pajaritos, en México. Estos proyectos habían aportado un gran volumen de facturación durante los tres primeros meses del pasado ejercicio.
A ello hay que unir que las dos centrales de generación de energía eléctrica contratadas recientemente en Tenerife y Perú están en una fase muy incipiente, por lo que su impacto en la cifra de negocio es poco relevante. Sí tendrán importancia cuando estén en la fase de alta construcción.
Al cierre del primer trimestre de 2004, Duro Felguera tenía una cartera de trabajo que superaba los 394 millones de euros, mientras que la contratación superaba los 101 millones, lo que supone un incremento del 3,4 por ciento con respecto a la cifra registrada hace un año.
El grupo industrial, presidido por Juan Carlos Torres Inclán, destacó que en estos momentos cuenta con varias ofertas para diversos proyectos por importe de 1.000 millones de euros, lo que hace confiar a la compañía en la consolidación de la carga de trabajo para el próximo ejercicio.
Duro Felguera espera lograr una importante cifra de contratación a corto plazo fundamentalmente en su principal sector de actividad, el denominado llave en mano. La compañía tiene presentadas varias ofertas o ya está negociando proyectos para la construcción de plantas de energía, instalaciones petroquímicas, manejo de minerales, almacenamiento de combustibles, plantas de regasificación y plantas de desulfuración de gases en centrales térmicas.
Además, la empresa también confía en conseguir en los próximos meses importantes adjudicaciones en el mercado ibérico, cuyos resultados económicos se reflejarían en las cuentas de finales de año y a lo largo del próximo ejercicio.
Estas perspectivas cambian radicalmente el perfil que la empresa presentaba al cierre del pasado ejercicio, uno de los peores de los últimos años. Las causas fueron circunstancias atípicas, como la frustrada venta de unos terrenos de Langreo y el bache que vivió el negocio tradicional de bienes de equipo, principalmente en mercados internacionales donde el grupo tiene una importante presencia.